Es la gran ciudad,
donde los viandantes miran al infinito
para no ver a pobres
que el frío hace recular, desaparecer
Y aquél borracho que te persigue,
roza tu espacio una gitana que canta su quejío
Son los invisibles,
sentados, tirados, que acarician sus babas,
que lamen las patas de sus cachorros,
se sientan y malviven el sufrimiento
Invisibles,
¡cuánta frustración y derrota!,
que dejan enterrada la rabia
cuánta miseria,
que no os permite levantaros.
Cuánta traición os cobija
que no cantáis.
Madrid, Septiembre del 2017